domingo, 31 de diciembre de 2023

CUARTO CRECIENTE, de Julián Fraile.




 Cuarto creciente, de Julián Fraile.
15x11 cms, 78 páginas, 5 € (envío península incluido).
Colección "Al Margen".
Edición limitada de 100 ejemplares.
Pedidos para la versión en papel:
reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com
o al propio autor: jufrava arroba gmail com.



Este libro está dedicado a Abu Muḥammad ʿAli ibn Aḥmad ibn Saʿīd ibn Ḥazm, conocido entre los cristianos como Aben Hazan (Córdoba, 7 de noviembre de 994. Montíjar, Huelva, 15 de agosto de 1064), fue un filósofo, teólogo, historiador, narrador y poeta andalusí. 

Probablemente de familia de origen hispano convertida al islam. Su infancia la pasó en Medina-Azahara entre las mujeres del harén. Realizó una intensa actividad política. A consecuencia de intrigas palaciegas, estuvo en prisión en varias ocasiones y sufrió un breve destierro. Abandonó la actividad política para dedicarse a sus estudios de teología y derecho. Debió exiliarse en diferentes taifas de al-Ándalus tras la crisis del Califato. La célebre quema pública de sus libros en Sevilla le inspiró un conocido poema que dice:



Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles,
y mostrad vuestra ciencia para que se vea quién es el que sabe.
Y es que, aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo,
viaja siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en mi tumba será enterrado luego.
(Traducción de José Miguel Puerta Vílchez).



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Cuarto creciente


En cuarto creciente de ilusiones, los amantes se aceptan para la unión. Otros, sin embargo, sonríen sin fuego en las venas, imponen la rutina sin calidez, con frialdad, y languidecen viendo alargarse el tiempo de sombras. ¿Para qué sirve un manantial sin agua?
Igual de torpe es lo contrario. De los grandes atracones surge la indigestión.
Los que no consiguen el amor, a veces se conforman con una simple mirada. En tiempos de sequía una sencilla gota calma la sed. 
Con perseverancia se pretende, pero es difícil y en ocasiones tan lejano que tarda en encontrarse. El buen mosto necesita de ciencia y tiempo. Los caminos transitados con premura hacen que no se disfrute la campiña y llegue rápidamente el final del viaje.
Muchos buscan el amor idóneo, aunque no se ocupan de ser la persona apropiada.
Nada se puede exigir, ni ejercer el dominio, el amor es libre y libremente se ha de dar.

También hay etapas de enojos, con remiendos para toda rotura, pero el tejido largamente remendado termina siendo inútil e inservible.
Hay quien gusta de jugar a las mareas, vienen y van hasta que se acaba la paciencia y la pasión huye hacia ríos caudalosos.
Sin embargo, los sentimientos dominan. Una atracción obliga a acercarse como si fuera imposible el rechazo. Sin palabras se atraen, se prometen, se dan aliento, se preguntan y se responden. 
Se conceden, se aceptan.




Hay un poema

Hay un poema para cada momento. En el ánimo, una señal de símbolos y perfiles cuando camina una mirada por la memoria.
Es un paisaje con reformas continuas al ojear la colección de instantes o descubrir el inventario de sueños.
La piel es a veces un libro que nos cuenta sus cicatrices, extraño paisaje que se muestra bajo las sábanas.
El miedo toma forma de silencio, pero si reposas a mi lado huye el frio y la lengua no tirita con palabras. Es el fluir de la lluvia que explica la paz.
Existe una incógnita sin resolver: ¿Cómo subimos a los trenes de la vida, haciéndonos los intrépidos en cada trance?
Era buscar una dirección sin señas ni plano, con impaciencia. Una isla en busca de un istmo para habitarlo de forma casi invisible. Concebir los secretos de una sonrisa, de la mañana, de la tarde y de la noche, que se nutren de unas manos.
Manantial de una fusión donde se cumplen todos los deseos.




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Julián Fraile se presenta:

Nací un 12 de mayo de 1955. Desde entonces no oculto mi edad, todos la saben. Hice la comunión el mismo día de mi cumpleaños, no sé si esto influyó, pero con el tiempo me hice apóstata. La primera vez que boté (con b), fue un balón. Fui jugador de balonmano. Las urnas, en este país, aún eran animales mitológicos. Mi primer amor sabía de sexo mucho más que yo. Con mi primer sueldo me tomé una cerveza. Con el segundo me tomé unas cuantas. Mi primer viaje fue a 5.000 kms. El de ayer al bar de la esquina, con un libro de Bukowski en la mano. Mitad jubilado, mitad trabajando. Disfrutando entre lo bueno y lo malo, y siempre viviendo.


Tardes de Hierro, de Santos Fernando Arévalo Ávila



Tardes de Hierro
, de Santos Fernando Arévalo Ávila.
15x11 cms, 144 páginas, 5 € (envío península incluido).
Colección "Al Margen".
Edición limitada de 100 ejemplares.
Pedidos para la versión en papel: reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com
o al propio autor: sanfer_are (en) hotmail -punto-
com.


Amañanó febrero diciendo: “No a la guerra”. Me acerqué al ayuntamiento a llevar unos poemas a la revista Getafe, que desde hacía algún tiempo me publicaban de vez en cuando.
Miguel Ángel Martín, que trabajaba en prensa, me invitó a ir al recién inaugurado Centro de Poesía José Hierro. Los jueves daban talleres, y podía conocer la poesía de primera mano. Él llevaba el grupo de escritura Gastalápiz. y allí me presenté dos días después.
Hicieron un homenaje a Antonio Machado, nos invitaron a leer... pero, la verdad, no me atreví, prefería escuchar y la verdad que disfruté y mucho. 
Nada más terminar el acto, un hombretón dijo: “No os marchéis, que tenemos cuchipanda”. Era Manolo Romero, nos presentó Miguel Ángel, su saludo fue: “El próximo jueves aquí te quiero como un clavo, te traes unos poemas y un cuaderno”. Le dije que sí, que encantado, y brindamos: “Salutem plurimam” (...).

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Por el puente

A Paula y Tacha Romero Hierro

Por el puente de Titulcia
lenta y muda baja el agua
se reflejan en su espejo
el cielo y las espadañas.
En los olmos de su cauce
anidan mirlos y urracas
un halcón en lo más alto
se asoma sobre Nayagua.
Por el puente de Titulcia
bajan rodando las aguas
compiten buscando sombras
El Tajuña y el Jarama.
El almendro en la trinchera
llora mariposas blancas
en su lecho nacen flores
rojas amarillo y malva.
Por el puente de Titulcia
Pepe Hierro caminaba
soñando con el Cantábrico
y con el can de la infancia.
Entre los juncos libélulas
carriceros pollas de agua
en la torre las cigüeñas
y un pastor por la cañada.
Por el puente de Titulcia
fluía lento el Jarama
el poeta hacía dibujos
en servilletas de tasca.
Tío Pepe para sus nietas
le ofrecían las hortelanas
tomates unos pimientos
lechugas fresas y habas.
Por el puente de Titulcia
se enmaridan con el Tajo
El Tajuña y el Jarama
la luna cantaba versos
recitados en Nayagua.





Voy a escribir 
 
Voy a escribir mi último poema
todo está hecho
las musas se han marchado sin señas a otra parte.
El folio está esperando como aguarda la tumba
el último borrón con las fauces abiertas
de qué sirven los versos ni el llanto ni las flores
observa desangrarse la rosa contra el tallo
mira las azucenas.
Los pájaros arpegian un réquiem a los charcos
las mariposas negras en la flor de la jara
suspiran sin resuello.
Se han muerto los arroyos sin rechistar palabra
opaco el arcoíris rezumando brebaje.
No hay quien pueda escribir en esta primavera
vacío languidece el nido del cuaderno
enjuta está la ubre del tintero sombrío.
Ahora digo por qué hice el primer poema
tampoco me arrepiento ni me sirve de nada.
Al menos hoy por hoy no escribo ni una letra
quizás tal vez mañana comience mi andadura.


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Sobre el autor:

Santos Fernando Arévalo Ávila nace en Ballesteros de Calatrava, Ciudad Real, el 25 de diciembre de 1956.
Su infancia transcurre entre Ballesteros y las fincas Valeria y Bocanegra, donde trabajaba su padre. A los 14 años se va de cobrador a la línea de autobuses (La Viajera) que cubre el trayecto entre Ballesteros, Villar y Cañada con la capital. De los 15 a los 17 se va a estudiar al colegio de los jesuitas “Hermano Gárate” de Ciudad Real. De los 17 a los 18 se dedica a trabajar en las labores del campo; a los 18 se va cumplir el servicio militar al ejército del aire en Getafe, y al licenciarse fija allí su residencia. Se casa con María Nieves Sánchez el 2 de mayo de 1981; en septiembre de 1982 nace su hija Carmen María y en abril de 1987 nace su hijo Álvaro.
Desde que se licencia trabaja en empresas de construcción hasta que en 1986 entra a trabajar en la empresa metalúrgica Industrias Duero S.A.
Desde joven tuvo afición a la poesía, presenta su primer poemario Mi tierra en 1995; en 1998, Tiempo de crisis; ha colaborado en la revista anual Ballesteros desde su fundación.
En 2002-2003 se inaugura el centro de poesía José Hierro: se inscribe como alumno y publica junto a sus compañeros Vigilia poética y Las manos en el semblante. Ha colaborado en las revistas del mismo centro; en la revista La Fumarola, dedicada al haiku, en 2004; publica con otros poetas Antología en 2005; Esta boca es vuestra en 2007; ese año se casa su hija Carmen María con Raúl Colmenar.
Desde 2008 es coordinador de un grupo de poesía en el centro cívico de la Alhóndiga de Getafe. Publica con sus compañeros, Haciendo camino en 2008; Primavera poética en 2010; colabora en el libro de cocina Berenjenas de Almagro. Publica Algo único en 2010, y Alhóndiga Poética I-V de 2011 a 2015; En 2014 presenta su poemario El pozo de forraje y nace su nieto Alex; publica con sus compañeros de la Alhóndiga Surcando los mares en 2016; Versos que nunca dije en 2017; X aniversario en 2018; Pinacoteca poética en 2019. En 2017 publica IV Centenario y nace su nieta Irene; en 2019 IV Centenario es ampliado para una segunda edición.
Ha colaborado en la revista Cuadernos del Matemático y el libro Getafe con todas sus letras. Su último libro, Patios, es publicado en 2020 con Reflector Libros.

viernes, 26 de mayo de 2023

ASÍ EN LA TIERRA, de Silvia Delgado

Así en la tierra, de Silvia Delgado.
15x11 cms, 62 páginas, 5 € (envío península incluido).
Colección "Al Margen".
Edición limitada de 200 ejemplares.
Pedidos para la versión en papel: reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com
o a la propia autora: silviasope arroba gmail com.

Poemario compuesto por dieciséis retratos de mujeres trabajadoras desde el centro de la herida del mundo: la extracción de plusvalía a costa de vidas, ecosistemas y futuros.

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Soy recicladora

Mi infancia fue caminar por las calles con el ruido de las ruedas oxidadas que cargadas de papel y de botellas cantaban elegías.
Mi infancia fue buscar en la basura ante la mirada repugnante de quienes no veían nuestra hambre.
Mi infancia fue una más en un paisaje de ordenadas podredumbres,
de despojos arrinconados,
de residuos molestos apilados al azar por quienes tanto tienen.
Mi infancia fue eso, vivir arrastrando el peso que a cambio de unos pesos quizá nos alimentara.

Hoy soy una mujer que oficia la misma liturgia de cargar en el mismo carro las mismas cosas para venderlas.
Y lo mismo se nos desprecia.
No quieren saber que sin nosotros los ríos estarían más sucios, más sucio estaría el mar y más enfermaría la tierra.
No quieren saber que nuestras manos, heridas por los cristales, salvan un poco, una pizca, nuestro mundo de la debacle.
No quieren saber, no les importa, el porvenir de los hijos,
el mañana de esos niños que nada hicieron en este desastre
de desperdicios enterrados o flotantes.

Soy recicladora,
ojalá mi infancia haya sido la última infancia de frío cuando nos miran.
Ojalá un día acepten que la miseria no es digna y que por escapar de ella buscamos entre sus ruinas,
ojalá un día nos saluden simplemente,
simplemente vean que esta legión de andrajosos limpia el aire y limpia el suelo.
Ojalá un día, los que ahora nacen en la opulencia, nos humillen poco o nada
y poco o nada se lamenten
y poco o nada sientan las dentelladas en las tripas que yo he sentido desde siempre.






Soy poeta

Pongo letra a las que viven sitiadas en sus hogares callados,
en sus trabajos forzosos,
en la esperanza más quieta.
Escribo erguida, de puntillas para ver que en la multitud hay mujeres
prisioneras en todos los lugares, todos.
En todas las miserias, todas.

Soy poeta.
Mi canto es un canto viejo que, como un niño perdido, aparece.
Mi canto es como un perro olvidado que se muere lentamente.
Mi canto es para quienes respiran en lechos endurecidos sin la alquimia de los sueños.
Es pobre porque es de pobres poetas describir para tan pocos la cotidiana tristeza de quienes nunca abandonan la mala suerte.

Soy poeta.
Me piden risa y no tengo.
Sólo encuentro a estas mujeres que deambulan
derramando sangre preciosa antes de que sea su hora.
Sólo encuentro mujeres que llevan la cruz y ya ni vierten lágrimas.
Sólo encuentro caras gastadas y verdades sencillas en lugares hostiles donde apenas queda vida.
Sólo encuentro mujeres multiplicando su savia cuando ni siquiera amanece para los hijos del hambre.
Sólo encuentro este dolor genuino que embiste la calma y destroza los huesos de cada mañana.
Así son las cosas.
Así es en la tierra.


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Sobre la autora:

Cuando me preguntan cómo llegué a la poesía mi respuesta es: rota y a los 28 años.
A esa edad se produjo un quiebre en mi vida, algo así como una tormenta interior que me sacudió dejándome en ruinas.
En aquel año o en los meses siguientes descubrí que el cordón umbilical que me unía a la vida era la palabra y a través de ella, atravesada por ella, encontré la poesía y me quedé a su lado.
Hora tras hora, semana tras semana, leía voraz y gratuitamente.
En aquellos dos años que me costó encontrar a Silvia entre los escombros, nació un poemario que titulé “Y que hablen en mis palabras todas ellas”. 
Y con aquel poemario, sin madurar y sin publicar marché a México, al encuentro de mujeres poetas del País de las Nubes de Oaxaca. Nunca pensé que permitirían a una poeta como yo, (que recién empezaba), compartir con poetas del mundo versos tibios de una mujer de la que nada se sabía.
Sucedió que mis poemas llegaban a la gente, a los jóvenes en las universidades, a los empobrecidos en las plazas. Me sentí unida a todos los que en medio de aquel silencio reverencial se rompían al terminar.
Regresé a casa con el convencimiento de que ese era mi lugar en el mundo. Había nacido dos veces. El último parto de mí misma, sin lugar a dudas, era el de poeta.
Seguí escribiendo, día a día, arrancando horas del sueño y del cansancio, evadiéndome en los trabajos en los que mientras limpiaba casas o cuidaba enfermos o servía cervezas en los bares yo pensaba en los versos que escribiría o en los poetas que iba conociendo.
A los meses de aquel encuentro en Oaxaca, volví a México, esta vez a Ciudad Juárez. Después fui a Argentina, después a Cuba, países que abrazaban mi poesía, personas que se interesaban por mi escritura, por mis libros, por mi manera de interpretar el mundo o la realidad o la palabra.
No dejaba de escribir, había autoeditado un libro, había escrito otro de canciones de cuna, otro de elegías, gané un premio con otro poemario, publicaron otro a mi regreso de Palestina y autoedité “Los partos de la bestia”.
Cuando vuelvo atrás y recuerdo tantos ojos, tantos pueblos, entonces los silencios que me rodean, se vuelven necios.
Creo que debo continuar escribiendo, no sólo estos poemas que se caen de mis manos desde que vine de Andalucía, también otros, hasta el fin de mis días.
Como decía al principio llegué a la poesía tarde, sin andamiajes académicos. Le doy las gracias por acercarme a la muerte y a la risa y por permitirme saber que la ternura es posible.
Me regaló la voz y me puso a andar en este difícil camino de ser libre.

http://silviadelgadofuentes.blogspot.com.es





jueves, 25 de mayo de 2023

CORISIS, de Julián Fraile

Corisis, de Julián Fraile.
15x11 cms, 112 páginas, 5 € (envío península incluido).
Colección "Al Margen".
Edición limitada de 150 ejemplares.
Pedidos para la versión en papel:
reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com
o al propio autor: jufrava arroba gmail com.


"A mitad de la ruta entre el deseo y lo posible, sigue siendo un soñador de lo infinito.
Consciente de su carácter, surge el experimento de la energía y el compás de la vida. Ese misterio a veces distorsionado por creencias y prejuicios, que se alejan de lo auténtico.
La luz ilumina las ilusiones y la voluntad para conocer su propia naturaleza; para fluir con su propio instinto.
Pero había que partir del caos. Buscar el equilibrio, la armonía, para alejarse de la ignorancia.
Con una quimera propia, la vitalidad busca un impulso y un progreso, una metamorfosis. Pese al lento avance, tarde o temprano, el tiempo pone cada cosa en su sitio.
Ante él, las primeras dificultades. Al principio, la timidez y la duda. Aunque pudieron más las convicciones. Pero en vez de asustarse, buscó con el entusiasmo de un ideal.
Alejado de lo fácil, los artificios se quedaron a un lado y pronto surgió el perseguidor de lo imposible.
Ahora interroga a la memoria, y ella habla, desea ser escuchada. Absorbido, queda cautivado por sus palabras y el pensamiento que expresa. Se hace entender con el lenguaje de la naturaleza y la verdad de la experiencia. Describe una práctica extensa, sobre las costumbres y opiniones, remontándose a los orígenes, de lo verdadero o erróneo de la expresión, de lo aprendido y que tantos años ha costado.
Es de imaginar que alguna gente no estará de acuerdo con su punto de vista. Pero eso no detendrá la conclusión de un aprendizaje. Ni la búsqueda de lo positivo, con paciente tarea, frente a las hipótesis regresivas, llenas de brumas, que venden miedos al por mayor.
Más de una vez incomprendido, y sabiendo que se podía equivocar, aumentó su deseo persistente de investigarlo todo, de aprenderlo todo. Los libros siguen siendo la causa eficiente y genuina, con la ayuda de admirados maestros. El trabajo y la atención, asistidos por un fuerte ahínco, lo llevan a asimilar de manera intuitiva, a vivir experiencias fecundas, a conseguir sus objetivos, su propósito. A continuar su camino con sencillez".




La huida

Verano.
Busca las sendas ocultas, aquellas que pocos conocen, donde la luz es más pura junto al refugio del río. El tiempo se duerme y los árboles parece que fabricasen la brisa. La visión y el oído se agudizan cuando el viento suspira. Sólo se oye el silencio. En brazos de la quietud, vive en mundos lejanos, el agua que viene de la montaña, regala una canción de calma, la mente por fin descansa.
Habla con el eco. Goza con la luna y el sol, con el loco y el sabio, con el río y la montaña. Viaja a la tierra de nadie. Para el hombre sencillo, no todo está en la respuesta. Habrá que agarrarse ante el vértigo que produce si le hablas al viento.

Otoño.
El otoño se acerca, lo dicen los castaños y el crisol de colores que adorna los árboles. Las hojas
empiezan a viajar por el aire. Como ellas, los pesares que mortifican. Dejan de ser una pesada carga y viajan al infinito, se alejan las cavilaciones y ofrecen un espacio de paz, sin sobresaltos en la noche. Poniente se tumba en el suelo para contemplar el universo.
El sosiego lo encuentra alejado de las multitudes, lejos de la confusión del mundo, con sus egoísmos, vanidades y envidias.

Invierno.
La montaña agita el viento del norte. La noche invita al cálido reposo cuando el día se va a dormir. Todo tiene su significado, pero a veces se pierden las palabras, para expresar la simplicidad del momento. Muchas interpretaciones tienen cabida, los deseos enredan, se buscan pensamientos elevados, expresados con habilidad y talento. Pero aún hay
mucho que aprender, la primavera está escondida, duerme lejana. Hay sonidos de viento y lluvia que tapan la aurora. Las nubes no permiten ver su sombra.
El rojo agita la leña en la lumbre. Los sentimientos se enfrían en la nieve. Pero el espíritu vuela
libre dondequiera que le lleve un poema. Habla con el viento para que todos recuerden su nombre.

Primavera.
La lluvia retrasa el despertar del letargo invernal; huyendo del invierno se escribe un nuevo paisaje, que cubierto de palabras camina hacia el estío. Un viento humedecido pinta las piedras de verde.
El sol parece indeciso, la madrugada despierta del reposo al paisaje.
Se abre paso a través de arbustos y brotes, avisa de su llegada un susurro de belleza. Privilegio del equinoccio al ver los almendros en flor. Verdes horizontes, nubes sobre las cumbres, muestran señales de calma y quietud en el aire, la hierba no hace ruido cuando crece en primavera.


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Julián Fraile se presenta:

Nací un 12 de mayo de 1955. Desde entonces no oculto mi edad, todos la saben. Hice la comunión el mismo día de mi cumpleaños, no sé si esto influyó, pero con el tiempo me hice apóstata. La primera vez que boté (con b), fue un balón. Fui jugador de balonmano. Las urnas, en este país, aún eran animales mitológicos. Mi primer amor sabía de sexo mucho más que yo. Con mi primer sueldo me tomé una cerveza. Con el segundo me tomé unas cuantas. Mi primer viaje fue a 5.000 kms. El de ayer al bar de la esquina, con un libro de Bukowski en la mano. Mitad jubilado, mitad trabajando. Disfrutando entre lo bueno y lo malo, y siempre viviendo.

sábado, 25 de febrero de 2023

PUENTES QUEMADOS (2019-2022), de David San Martín.


Puentes quemados (2019-2022)
, de David San Martín.
15x11 cms, 362 páginas, 8 € (envío península incluido).
Edición limitada de 50 ejemplares numerados e ilustrados a mano individualmente en la portadilla.
Pedidos para la versión en papel: reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com
Para adquirir la versión digital:
https://librosreflector.bandcamp.com










Sobre el libro:
Mi bilis se repite.
Este es otro libro de hardcore punk SxE. Esta vez más nihilista y desalentado. Me dijeron que aportara o me apartase y, por supuesto, me quité de en medio: el barco en su naufragio no me arrastrará. 
Este es un recopilatorio de casi todos los poemas (o lo que sea eso) aparecidos en mi blog entre 2019 y 2022. Los que no están es porque aparecieron en plaquetas independientes.
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Sobre el autor:
David San Martín escribe, compone, diseña, maqueta, graba, edita y distribuye (con conciencia de hacerlo y de por qué hacerlo) artefactos culturales desde 1991, en solitario, en bandas, en editoriales, en colectivos, en sindicatos, en sellos de música.
No lo hace especialmente bien.
Es una de esas personas que sabe que no cotizará lo suficiente para cobrar una pensión porque bajo un sistema capitalista es imprescindible un ejército de reserva de parad@s.


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Cinco puntos de derrota de la condición humana

En verano, los pies negros y las noches de plomo fundido.
Un verano de hormigas en el teclado.
Cuanto menos curro, menos ganas tengo y mejor persona soy.
Celebro mi no hacer, me revuelco en mi pereza:
la lavadora: que la follen; la comida: que la follen;
la compra: que la follen; yo sólo quiero hacer canciones
mientras el mundo me folla y se limpia en mis lágrimas.
No tengo cabida en los circuitos comerciales
y han puesto precio a mi cabeza en los anticomerciales.
Logro superado. A por el siguiente de la lista,
porque me alimento de contradicciones ajenas.
Qué me importan sus gargajos si hablando de diversidad
las fracturas se multiplican
y todo se derrumba sobre nosotros de muy diversas formas,
de formas muy diversas
El capital ríe sobre los escombros en su uniformidad genocida:
su caballo de Troya le ahorra el trabajo de hacernos polvo.
Alucinante cómo la agenda de un multimillonario anticomunista
es compartida por la actual izquierda alternativilla
y sus aliados en la socialdemocracia parlamentaria.
Se está cayendo el mundo tal y como como lo conocíamos;
ya nada es lo que era y no lo asimilamos.
Ay, cuánto miedo y cuánto cambio;
ay, qué mal cuerpo asintomático.
Salir a la calle a correr a las seis de la mañana
y recibir al momento de abrir la puerta una vaharada de diesel y nicotina.
Sales a correr al alba y la primera persona que te cruzas
te deja aturdida con su excesiva fragancia a cremas, perfume y tabaco
mientras trota a punto de perder el autobús para ir a trabajar.
Cinco puntos de derrota de la condición humana
y no llevas ni diez segundos en la calle:
a no ser que la derrota sea nuestra condición
y nadar en el fango nuestro objetivo.
A veces pierdo toda esperanza y al girar la cabeza con tristeza
veo mis guitarras apoyadas en un rincón, desinteresadas y a la espera;
sé entonces que a veces, siquiera durante unos minutos
todo tiene sentido.




En Toledo (I)

En Toledo hay un gato invisible y tenso en el aire,
listo al salto y la carrera con una pata rota.
No hay que apresurarse en las palabras.

Con el primer murciélago de la tarde que muere
el sol dibuja en su derrota arañazos de mandarina
sobre un cielo de rosas y topacios dormidos.

Un poeta sionista ocupa el centro de Toledo.
Mahmud Darwish recita extramuros,
donde sólo nos acompañan lagartijas.

Al ocupante le aterra la memoria.
Su temor es nuestro consuelo de saber
que hay al menos seis vidas en cada guitarra.

En Toledo, bajo la tirolina donde el turista intenta la fuga,
espigo una granada mientras la grulla observa.
Meriendo tortilla observando los cormoranes.

En la noche del castillo un solo coche, uno solo,
ahoga el bramido de un río milenario,
de todos los ríos.

martes, 31 de enero de 2023